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Mostrando entradas de enero, 2011

Aquella obra de solo dos

No se que hacer. Por una parte me encantaría, por otra me aterroriza. El morbo, las ganas de sacudirte... y tanto que aprender. Sin embargo Él también está, cada beso, cada caricia, cada lagrima que se desliza por su mejilla cuando yo estoy mal, hacen que mi corazon lo elijan pero mi alma en realidad, no sabe lo que quiere. Me imagino tu piel, tus movimientos que me hacen estar en las nubes y el corazon se me dispara. y los vellos de mi piel se ensalzan en la música de tu mirada profunda. Pero el amor de él hacia mi hace que tu pases a segundo papel... pues esta obra se escribió para dos, no para tres!

Aquel piano de ojos celestes

Como saber cuándo hablarte, cuando mirarte y cuando sonreírte si siempre estás en tu máxima concentración presionando esas teclas de un piano… En ese momento solos… nada nos interrumpe y solo escucho una leve melodía que salen de unas pequeñas y frágiles manos, poderosas a veces para acaparar la atención y capaz de producir tanto una música calmada y dulce, como una desenfrenada y loca. Unos ojos celestes, penetrantes y de mirada profunda me hace pequeña en mi hundido pensamiento y de nuevo al mundo. Gente nos rodea y todo acaba, todo es un sueño. Sin embargo me encuentro dudando pues tus manos siguen ahí en esas teclas de piano pero el ruido de la gente nos embriaga y todo acaba…

Tanta luz

Eres tanto.  Eres vida, eres belleza, eres voz,  eres un trozo de cielo entre el infierno de la gente.  Un  trozo de agua entre el desierto de las dudas. No sé cómo hacer para estar en tu cielo y saciar  mi sed con tu alma, pura y cristalina, que se reflejan en unos ojos tímidos y cerrados cuando me besas, y profundo cuando hablas. Yo no escucho solo te miro, contemplo tu belleza propia de un adonis  griego y que es pecado. Yo, una furia sin control dentro del  caos de la mismísima caja de la diosa Pandora. Tu, que  pones calma en mi Athenas.  Ante tu templanza mi  corazón deja de palpitar con la furia que me domina y no me hace responsable de mis actos. Miro tu aire de grandeza y mi mundo se hace pequeño,   insignificante, mi existencia es mísera y solo estas Tú.