Como saber cuándo hablarte, cuando mirarte y cuando sonreírte si siempre estás en tu máxima concentración presionando esas teclas de un piano…
En ese momento solos… nada nos interrumpe y solo escucho una leve melodía que salen de unas pequeñas y frágiles manos, poderosas a veces para acaparar la atención y capaz de producir tanto una música calmada y dulce, como una desenfrenada y loca.
Unos ojos celestes, penetrantes y de mirada profunda me hace pequeña en mi hundido pensamiento y de nuevo al mundo. Gente nos rodea y todo acaba, todo es un sueño.
Sin embargo me encuentro dudando pues tus manos siguen ahí en esas teclas de piano pero el ruido de la gente nos embriaga y todo acaba…
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