Eres tanto.
Eres vida, eres belleza, eres voz,
eres un trozo de cielo entre el infierno de la gente.
Un trozo de agua entre el desierto de las dudas.
No sé cómo hacer para estar en tu cielo y saciar
mi sed con tu alma, pura y cristalina, que se reflejan
en unos ojos tímidos y cerrados cuando me besas,
y profundo cuando hablas. Yo no escucho solo
te miro, contemplo tu belleza propia de un adonis
griego y que es pecado.
Yo, una furia sin control dentro del caos de la mismísima caja de la diosa Pandora.
Tu, que pones calma en mi Athenas.
Ante tu templanza mi corazón deja de palpitar con la furia que me domina
y no me hace responsable de mis actos.
Miro tu aire de grandeza y mi mundo se hace pequeño,
insignificante, mi existencia es mísera y solo estas Tú.
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